Revista Caribeña de Investigación Educativa
2023, Vol. 2 N.º 7, pp 55-82
ISSN: 2636-2139 e-ISSN: 2636-2147
Sitio Web: https://revistas.isfodosu.edu.do/index.php/recie


LOS DOMINICANOS EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR DE LA CIUDAD DE NUEVA YORK, 2000-2019

Dominicans in New York City Higher Education, 2000-2019

Recibido: | Revisado: | Aprobado: | Públicado:

DOI: https://doi.org/10.32541/recie.2023.v7i2.pp55-82

Autor de correspondencia

https://orcid.org/0000-0001-8957-3822

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    Valdés-Ramírez, J. A. (2023). Los dominicanos en la educación superior de la ciudad de Nueva York, 2000-2019. RECIE. Revista Caribeña de Investigación Educativa, 7(2), 55-82. https://doi.org/10.32541/recie.2023.v7i2.pp55-82

    Resumen

    El acceso a más y mejor educación constituye uno de los principales móviles de la migración dominicana a Estados Unidos. Teniendo en cuenta que la educación superior es el culmen de la educación formal, esta investigación levanta, sistematiza y analiza las estadísticas sobre matrícula, escolaridad y titulación terciaria de los dominicanos en la ciudad de Nueva York, y las compara con el desempeño de otros grupos étnicos y de origen hispano. El procesamiento y el análisis estadístico revelan un cambio significativo del progreso educativo de los dominicanos, que hasta esta investigación fue calificado como lento e insuficiente. Con una tasa de crecimiento de la matrícula terciaria superior al promedio, los dominicanos superaron el crecimiento de estadounidenses y de otros inmigrantes durante el período 2000-2019. Ese impulso los convirtió en el grupo de origen latino de la ciudad de Nueva York con más personas tituladas en educación superior.

    Abstract

    Access to more and better education is one of the main motives for Dominican migration to the United States. Bearing in mind that Higher Education is the culmination of Formal Education, this research collects, systematizes, and analyzes the statistics on enrollment, schooling, and tertiary qualifications of Dominicans in New York City, and compares them with the performance of other ethnic and Hispanic groups. The processing and statistical analysis reveal a significant change in the educational progress of Dominicans, which until this investigation was described as slow and insufficient. With an above-average tertiary enrollment growth rate, Dominicans outpaced the growth of Americans and other immigrants during the 2000-2019 period. That momentum made them the group of Latino origin in New York City with the most people with Higher Education degrees.



    Palabras clave

    educación superior, educación técnica y profesional, estadísticas educacionales, Estados Unidos, indicadores educativos, inmigración, República Dominicana.

    Keywords

    Dominican Republic, education indicators, educational statistics, higher education, immigration, technical and professional education, United States.

    1 | Introducción

    El estudio analiza la evolución de tres indicadores de suma relevancia para abordar el progreso educativo de la comunidad inmigrante dominicana de Estados Unidos: matrícula, escolaridad y titulación. Dado que existen múltiples estudios sobre el progreso de los inmigrantes dominicanos de los niveles Primario y Secundario (Aponte, 1999), este estudio se especializa en la educación superior.

    La primera investigación longitudinal sobre el tema se realizó
    en 2004. Los profesores Hernández y Stevens Acevedo (2004), que analizaron los datos del Censo de Estados Unidos de los años 1980, 1990 y 2000, encontraron un lento progreso de los dominicanos en educación superior, comparado con el de otros grupos de inmigrantes. Quedaron convencidos de que la creciente tasa de deserción escolar en Nivel
     Secundario no auguraba una mejora inmediata de la matriculación y escolaridad terciaria de los dominicanos y sus descendientes, ni en Estados Unidos ni en la ciudad de Nueva York, asentamiento preferido por los quisqueyanos.

    Diecinueve años después de esa investigación fundante, este estudio se propone arrojar luz sobre la evolución de los inmigrantes dominicanos y sus descendientes en la educación superior de Estados Unidos durante el período 2000-2019, con énfasis en la ciudad de Nueva York. Más en concreto, se pretende: 

    1. Levantar y sistematizar las estadísticas sobre la evolución de la matrícula, escolaridad y titulación de la población dominicana de la ciudad de Nueva York.
    2. Analizar el comportamiento de esos indicadores según variables como sexo, edad, lugar de nacimiento, sector público o privado, etc.
    3. Confrontar el desempeño de los dominicanos en esos indicadores con el desempeño promedio y el de otros grupos étnicos y de origen latino.

    Para la generación de los datos que sirven de base a los análisis de este estudio, se procesaron la base de datos del Censo de Estados Unidos (Censo de EE. UU.) del año 2000 y las bases de datos de la American Community Survey (ACS) de los años 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019.

    2 | Revisión de la literatura

    2.1. La educación como móvil migratorio de los dominicanos

    La migración es un fenómeno social complejo y multicausal en el que convergen diversos aspectos y niveles de la realidad en los órdenes económico, político y sociocultural, que expulsan (push) al migrante de su entorno y que lo atraen (pull) desde otro (Ravenstein, 1889). En el caso dominicano, las deficiencias del sistema educativo (Amargos, 2016; EDUCA, 2015; IDEICE, 2018; Valdés, 2016) y la esperanza de encontrar más y mejor educación en Estados Unidos figuran entre los principales expulsores y atractivos de los migrantes.

    En los años setenta del siglo XX, Hendricks (1974) publicó el primer libro que en Estados Unidos y en idioma inglés se dedicó al estudio de la migración dominicana (Aponte, 1999, p. 72). Entre sus hallazgos está la gran importancia que confieren los padres dominicanos residentes en Nueva York a la educación de sus hijos. El autor considera que los padres dominicanos traen interiorizada desde República Dominicana la obligación de enviar a sus hijos a la escuela, por considerarlo parte de su rol de padres. El investigador explica esa aptitud con las siguientes palabras: «[…] in the Republic one of the parameters involved in social valuation is educational attainment; [de ahí que los inmigrantes dominicanos] place strong emphasis on school attendance for their children who are too young to work» (p. 131).

    En esa misma década, una encuesta realizada en 1974 por la entonces Secretaría de Estado de Salud Pública de República Dominicana preguntó a migrantes dominicanos sobre su razón para migrar, y los resultados fueron los siguientes: 44.0 % argumentó motivos económicos (como el desempleo y la necesidad de tener mayores ingresos), 22.0 % motivos de estudios, 21.0 % reunificación familiar y 13.0 % por razones varias (Del Castillo & Mitchel, 1987, p. 41). Los investigadores Del Castillo y Mitchel no ocultan su asombro: «[…] resulta en cierto modo sorprendente la significación que en estos resultados tienen los estudios como razón para migrar» (1987, pp. 41-42). A fin de confirmar la certeza de esa encuesta, los autores procesaron los datos del Censo de Estados Unidos de 1980 y descubrieron también que en el mismo la educación de los hijos y la educación propia aparecen entre los principales motivos que alegan los dominicanos para migrar (p. 60).

    En los años noventa del siglo XX, Grasmuck y Pessar (1991) comenzaron su libro con el siguiente párrafo:

    The history of the Molinas, a three-generation Dominican family resident in New York City, illustrates a number of important features of the contemporary wave of Dominican immigration into the United States. Motivations behind Molina family members’ decisions to leave Santo Domingo for New York between 1965 and 1981 included fear of political persecution, desire for marital reunification, greater economic opportunity, provision of child care for relatives, and opportunities for higher education. The history of the transplanting of three generations of Molinas demonstrates the difficulty of coming up with definitive answer to the deceptively simple question of why Dominicans leave their island to live and work in the United States.

    (La historia de los Molina, una familia dominicana residente en la ciudad de Nueva York desde hace tres generaciones, ilustra varias características importantes de la ola contemporánea de inmigración dominicana hacia Estados Unidos. Las motivaciones de las decisiones de los miembros de la familia Molina de abandonar Santo Domingo para ir a Nueva York entre 1965 y 1981 incluían el temor a la persecución política, el deseo de reunificación marital, mayores oportunidades económicas, el cuidado de niños por familiares y las oportunidades de educación superior. La historia de migración de tres generaciones de los Molina demuestra la dificultad de encontrar una respuesta definitiva a la pregunta aparentementemente simple de por qué los dominicanos abandonan su isla para vivir y trabajar en Estados Unidos).

    Ya en el siglo XXI, Soy y Bosworth encontraron en su investigación que «Dominican families and the families of our respondents usually immigrated to the United States for two major reasons: primarily, for the economic opportunities […] and secondly, for the educational opportunities available for their children» (2008, p. 10) («las familias dominicanas y las familias de nuestros encuestados generalmente emigraron a Estados Unidos por dos grandes razones: primero, por las oportunidades económicas […] y en segundo lugar, por las oportunidades educativas disponibles para sus hijos»).

    También en el siglo XXI, Anzures Tapia et al. (2017, p. 355) descubrieron que muchas de las madres dominicanas que entrevistaron en su investigación decidieron migrar a los Estados Unidos por su deseo de garantizar una mejor educación para sus hijos.

    Más recientemente, en 2018, Alcalde y Hernández realizaron una investigación cualitativa en la que encontraron la fuerte influencia de las expectativas educativas y sociales en la motivación de estudiar que tienen los migrantes dominicanos en Nueva York y en Barcelona (España).

    En todas las investigaciones citadas, que van desde 1974 hasta 2018, la aspiración a más y mejor educación aparece como una constante de la migración dominicana a los Estados Unidos. Si esa es la intención de los migrantes, resulta justo preguntarse hasta qué punto la han alcanzado, después de más de cincuenta años de iniciado el proceso. Este estudio pretende explorar la respuesta, analizando el progreso educativo de los dominicanos en la educación superior, que es el culmen del sistema educativo formal.

    2.2. El insuficiente desempeño educativo de la migración dominicana

    Muy a pesar de la conciencia que tienen los migrantes dominicanos sobre la importancia de la educación como mecanismo de movilidad social, y no obstante reconocer que entre sus principales motivos para migrar se encuentra la aspiración a más y mejor educación, son muchas las investigaciones que reportan el insuficiente desempeño educativo de los dominicanos en comparación con otros grupos de migrantes. Cuando esas investigaciones inquieren sobre los factores asociados a tan pobre desempeño, suelen señalar los siguientes:


    1. Factores relacionados con el sistema educativo dominicano, como la baja escolaridad de los inmigrantes de primera generación (Hernández & Steven-Acevedo, 2004, pp. 26-29; Soy & Bosworth, 2008, pp. 3 y 6) y los bajos niveles de aprendizaje con que niños y jóvenes dominicanos llegan a las escuelas estadounidenses (Chapman, 1987).
    2. Factores relacionados con el sistema educativo estadounidense, como la baja calidad de la educación de las escuelas primarias y secundarias de los barrios pobres donde viven los dominicanos (Irizarry, 2012; López, 2002), los altos costos de la educación de calidad (Baum et al., 2013) y el desincentivo al estudio que significan las políticas públicas como «trabajo primero» (work-first).[1]
    3. Factores relacionados con la cultura y la sociedad dominicana, como conflictos entre valores culturales dominicanos y valores promovidos por la escuela estadounidense (Anzures Tapia et al., 2017; Canelo, 1982), la resistencia a la asimilación (Duany, 1994, p. 60) y hasta la negativa de padres dominicanos a que sus hijos vivan en un recinto académico, fuera del hogar familiar (Kasinitz, 2009).
    4. Factores relacionados con la cultura y la sociedad estadounidense, como la condición de minoría étnica de los dominicanos (Morales, 2000), su bajo estatus económico (Orna, 1992) y su perfil fenotípico predominantemente negroide (López, 2011).

    Todos esos factores gravitan en el rezago educativo de los dominicanos en Estados Unidos, de acuerdo con distintos estudios. A fin de verificar la evolución de la brecha educativa durante el siglo XXI, esta investigación compara el desempeño educativo de los migrantes dominicanos en educación superior con el desempeño de otros grupos étnicos, con el de migrantes de origen latino y con promedios nacionales y de la ciudad de Nueva York. 

    2.3. Las investigaciones sobre el desempeño dominicano en la educación superior de Estados Unidos

    Los estudios académicos sobre el desempeño de los dominicanos en los centros educativos de educación superior de Estados Unidos no son muchos ni de larga data (Aponte, 1999). Entre los más destacados y académicamente solventes se encuentran:

    1. El artículo de Morales (2000) en el que identifica los factores que desempeñan un papel clave para explicar la resiliencia académica de estudiantes estadounidenses de origen dominicano en una selecta universidad privada del nordeste de Estados Unidos. De acuerdo con el autor, los estudiantes dominicanos de alto rendimiento muestran un fuerte compromiso con el logro académico y un alto grado de perseverancia en la superación de las barreras. Entre sus estrategias para afrontar los múltiples desafíos de la vida universitaria destacan: el establecimiento de metas a largo plazo, la búsqueda de apoyo emocional y el desarrollo de redes de apoyo.
    2. La primera investigación longitudinal sobre los dominicanos en educación superior en Estados Unidos, de Hernández y Stevens Acevedo de 2004. Usando datos del Censo de Estados Unidos de 1980, 1990 y 2000, los autores analizan, en especial, la evolución de la matrícula y la escolaridad terciaria de los dominicanos de la ciudad de Nueva York y de Estados Unidos en general, y la comparan con otros grupos étnicos y de origen latino. Los investigadores concluyen que los resultados educacionales de los inmigrantes dominicanos y sus descendientes durante las tres últimas décadas del siglo XX fueron medianamente positivos. Señalan que «Dominicans’ enrollment in higher education has steadily increased, becoming the second largest Hispanic subgroup, behind Puerto Ricans, in New York City and New York State» (p. 50). Sin embargo, consideran que el progreso educativo de los dominicanos ha sido lento en comparación con otros grupos étnicos y con otros inmigrantes. Descubren tendencias perturbadoras, que no auguran mejoras significativas: «Among these is the fact that the percentage of U.S.-born Dominican high school graduates has declined and that the number of Dominican students pursuing graduate studies is anemic at best» (p. 50).
    3. El artículo de Louie (2006), en el que explora las opiniones contrastantes que sobre sus trayectorias educativas y movilidad social tienen los dominicanos y chinos de segunda generación que han cursado educación superior en Estados Unidos. La autora descubre más optimismo en los dominicanos que en los chinos y encuentra la razón de esta diferencia en las diversas perspectivas tanto transnacionales como étnicas o panétnicas. Según ella, los dominicanos creen que les va mejor que a sus pares de República Dominicana y de Estados Unidos. Por el contrario, el pesimismo de los chinos se debe a que creen que les va peor que a sus pares de Estados Unidos.

    3 | Método

    Este estudio se plantea como una investigación descriptiva de diseño longitudinal en la que se analiza la evolución del desempeño en educación superior de los dominicanos y sus descendientes en Estados Unidos de América desde el año 2000 hasta el año 2019, con un interés especial en la ciudad de Nueva York.

    El método descriptivo se fundamenta en la idea de que es posible llegar a conclusiones objetivas y verificables a partir de la recopilación sistemática y el análisis riguroso de datos empíricos. Por medio de la observación y medición empírica de los hechos es posible minimizar el sesgo subjetivo del investigador y garantizar la validez y confiabilidad de los resultados. Su objetivo es identificar y describir patrones, relaciones y regularidades del fenómeno estudiado.

    En coherencia con el método descriptivo, y desde un enfoque cuantitativo, se comparan las estadísticas educativas del Censo de Estados Unidos del año 2000 con las estimaciones de la American Community Survey (ACS) de 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019.

    3.1. Alcance temporal

    Esta investigación analiza información desde el año 2000 hasta 2019. Dos circunstancias motivaron la selección del período: 

    1. Se escogió el año 2000 como corte inicial de los datos debido a la existencia de una investigación anterior sobre el tema en la que se consideran las tendencias educativas en educación superior de los dominicanos de la ciudad de Nueva York para el período 1990-2000 (Hernández & Stevens Acevedo, 2004). Los resultados de este nuevo estudio actualizan, comparan e inquieren posibles nuevas tendencias.
    2. Se seleccionó como corte final de los datos el año 2019, porque era el último cuya base de datos estaba disponible al momento del levantamiento y procesamiento de información.

    3.2. Alcance espacial

    Aunque el análisis se expande a todo el territorio de Estados Unidos, se interesa en particular por la ciudad de Nueva York, que es la preferida por los dominicanos establecidos en ese país (Hernández & Rivera-Batiz, 2003, p. 20; Hernández & Stevens Acevedo, 2004, pp. 5-6). En el año 2000, más del 50.0 % de la población dominicana de Estados Unidos residía en la ciudad de Nueva York. Según un procesamiento propio, en valores absolutos, los dominicanos pasaron de 544,193 personas en 2000 a 723,539 en 2019. A pesar de su peso significativo, no se pretende extrapolar lo que pasa en la ciudad de Nueva York a todo el territorio estadounidense, sino solo presentarla como un caso específico dentro del más amplio cuadro nacional.


    3.3. Fuentes y representatividad

    Para generar los datos que fundamentan los análisis de este estudio se procesaron la base de datos del Censo de Estados Unidos (Censo de
     EE. UU.) del año 2000 y las bases de datos de la American Community Survey (ACS) de 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019.

    El Censo de EE. UU. dejó de levantar información de ámbitos más allá del estrictamente demográfico después del realizado en el año 2000. Desde entonces, los datos laborales, educativos, comerciales, etc. se captan a través de encuestas periódicas. La Oficina del Censo de Estados Unidos definió parámetros estandarizados para hacer coherentes y comparables las estimaciones de esas encuestas con los datos de los censos[2].

    La Universidad de Minnesota desarrolló y puso a disposición de los investigadores el Integrated Public Use Microdata Series (IPUMS-USA), que compila e integra muestras de dieciséis censos federales de Estados Unidos y de la ACS a partir del año 2000[3]. Como el IPUMS-USA asigna códigos uniformes a todas las muestras y reúne documentación relevante para comprender las transformaciones de los datos, este estudio se valió de sus bases de datos estandarizadas del Censo de EE. UU. 2000 y de la ACS de 2015, 2016, 2017, 2018 y 2019.

    Siguiendo las instrucciones de la Oficina del Censo de Estados Unidos para constituir una muestra representativa y para la comparabilidad ACS-Censo de EE. UU.[4], se procedió a generar y comparar las estimaciones de cinco años de la ACS con los resultados del Censo de EE. UU. 2000.

    El gran inconveniente que plantea el uso de estimaciones de encuestas para el análisis estadístico de poblaciones poco numerosas, como la dominicana de Estados Unidos, es que genera un bajo intervalo de confianza. Los investigadores de la migración dominicana, conscientes de la situación y sin otra alternativa, se manejan con normalidad con esas estimaciones (Bergad, 2021, nota a pie de página 1, p. 10; Hernández et al., 2022, notas a pie de página 5 y 6, p. 2). Por tal razón, se hace la salvedad de que, aunque los datos del año 2000 tienen una representatividad del 100 %, los datos correspondientes a 2019 son estimaciones de una muestra aleatoria nacional del 1 % elaborada a partir de las encuestas de los cinco años enumerados anteriormente. Se es coherente con niveles aceptados en investigaciones académicas precedentes, las cuales usan las mismas fuentes y estándares para abordar el tema educativo y muchos otros temas socioeconómicos.

    3.4. Población dominicana

    Para identificar en la boleta del Censo de EE. UU. y de la ACS a la población de origen dominicano se utilizaron los siguientes parámetros, coherentes con los utilizados por el CUNY Dominican Studies Institute:

    1. Personas que seleccionaron «Dominicanos» como su grupo hispano específico (HISPAN = 460). 
    2. Personas que se identifican como «Hispanos» pero no seleccionaron «Dominicanos» u otro grupo hispano específico (HISPAN = 498), y seleccionaron como su lugar de nacimiento República Dominicana (BPLD = 26,010). 
    3. Personas que se identifican como «Hispanos» pero no seleccionaron «Dominicanos» u otro grupo hispano específico (HISPAN = 498), y seleccionaron que su primer ancestro es «Dominicano»
       (ANCESTR1 = 2,750), y que no nacieron en República Dominicana y que no seleccionaron segundo ancestro (ANCESTR2 = 2,750). 
    4. Personas que se identifican como «Hispanos» pero no seleccionaron «Dominicanos» u otro grupo hispano específico (HISPAN = 498), y seleccionaron que su segundo ancestro es «Dominicano»
       (ANCESTR2 = 2,750), y que no nacieron en República Dominicana y que no seleccionaron primer ancestro (ANCESTR1 = 2,750).

    3.5. Indicadores de educación superior

    El desempeño educativo de los dominicanos en el nivel superior se captura a través de tres indicadores: matrícula, escolaridad y titulación.


    Matrícula terciaria

    Se refiere al número de personas inscritas en una institución de educación superior al momento del levantamiento de la información.


    Escolaridad terciaria 

    Tanto el Censo de EE. UU. como IPUMS definen Educational Attainment como el año más alto de educación o el grado más alto completado por un individuo[5], [6].

    La variable escolaridad terciaria captura la variable Educational Attainment para educación superior como el porcentaje de la población de 25 años de edad o más que cursó uno o más años de educación superior.


    Titulación

    Se refiere a la población que completó y obtuvo un título técnico superior, grado o posgrado. 

    El cruce de esos tres indicadores con variables como lugar de nacimiento, edad, sexo, etc. permitió delinear características educativas relevantes de los dominicanos, medir su progresión a través del tiempo y comparar su desempeño con el de otros grupos étnicos y de origen latino de la ciudad de Nueva York y Estados Unidos.

    4 | Resultados

    4.1. Matrícula terciaria de dominicanos en el sistema educativo de Estados Unidos

    La matrícula estudiantil en educación superior de Estados Unidos durante el período 2000-2019 creció en unos cinco millones de personas. Latinos y negros no latinos fueron los principales contribuyentes de este aumento. Los latinos aportaron más de dos millones de nuevos estudiantes y los negros no latinos poco más de un millón. Los estudiantes de origen dominicano pasaron de 69,399 en el año 2000 a 155,940 en el año 2019, lo que arroja una tasa de crecimiento del 125.0 %, tasa que superó el crecimiento de todos los grupos étnicos y el de los grupos de origen latino, con excepción de los mexicanos.








    Figura 1 | Tasa de crecimiento de la matrícula terciaria de EE.UU. según etnia y grupos de origen latino,
     2000-2019


    Nota: Procesamiento propio del censo de EE.UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.

    Este incremento de la población dominicana en el sistema de educación superior estadounidense entre 2000 y 2019 fue impulsado por la población nacida en Estados Unidos. Con una tasa de crecimiento de 306.0 % durante el período, los dominicanos nacidos en ese país pasaron de representar el 32.0 % de los dominicanos matriculados en el año 2000, al 58.0 % en el año 2019. 

    Figura 2 | Dominicanos matriculados en educación superior en EE. UU. según lugar de nacimiento, 2000 y 2019

     

    Nota: Procesamiento propio del Censo de EE.UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.

    4.2. Dominicanos en el sistema de educación superior de la ciudad de Nueva York

    4.2.1. Evolución de la matrícula

    La ciudad de Nueva York albergó a más de 600,000 de los estudiantes de educación superior de todo Estados Unidos en 2019. Mientras la matrícula de estudiantes blancos no latinos, negros no latinos y de otros grupos minoritarios de la ciudad decreció en casi 40,000 personas entre   2000 y 2019, la matrícula de estudiantes latinos y asiáticos aumentó en alrededor de 63,000 personas. 

    La población de origen dominicano fue el motor del crecimiento de la matrícula de estudiantes latinos en los centros de estudios superiores de la ciudad de Nueva York. El 46.0 % de los casi 38,000 nuevos estudiantes de origen latino entre 2000 y 2019 fue dominicano. La matrícula de dominicanos pasó de 36,224 a 53,539 durante el período, con una tasa de crecimiento superior a todos los grupos étnicos (asiáticos, blancos no latinos, latinos, negros no latinos, otros) y la segunda mayor entre los latinos.


     Figura 3|Tasa de crecimiento de la matrícula terciaria de la ciudad de Nueva York según etnia y grupos
     de origen latino, 2000-2019

    Nota: Procesamiento propio del Censo de EE. UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.

    También en la ciudad de Nueva York fueron los dominicanos nacidos en Estados Unidos quienes marcaron el dinamismo del crecimiento de la matrícula de estudiantes dominicanos durante el período. Mientras los dominicanos inmigrantes redujeron su presencia en casi 3,000 personas, los nativos aumentaron la matrícula en más de 20,000 personas. Este cambio reconfiguró la composición del estudiantado dominicano. Si en el año 2000, 70 de cada 100 estudiantes de educación superior de origen dominicano en la ciudad de Nueva York eran inmigrantes, en 2019 los inmigrantes pasaron a ser minoría y los nacidos en Estados Unidos representaron el 58.0 %.

    Tabla 1 |Población latina matriculada en educación superior en la ciudad de Nueva York según lugar de nacimiento, 2000 y 2019

    Grupos

    2000

    2019

    Inmigrantes

    Nativos

    Inmigrantes

    Nativos

    Cubanos

    864

    1,758

    431

    2,481

    Dominicanos

    25,431

    10,793

    22,654

    30,885

    Mexicanos

    4,913

    2,760

    4,992

    13,676

    Otros latinos

    28,200

    16,937

    21,531

    32,149

    Puertorriqueños

    8,142

    31,502

    4,767

    35,515

    Nota: Procesamiento propio del Censo de EE.UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.


    4.2.2. Caracterización

    Las estadísticas arrojan constantes que permiten delinear cuatro características distintivas de los estudiantes dominicanos matriculados en instituciones de educación superior de la ciudad de Nueva York: la concentración en pregrado, la matriculación en instituciones públicas, la prevalencia del sexo femenino y el predominio de la población joven.

    Concentración en pregrado

    De los 53,539 estudiantes de origen dominicano cursando educación superior en la ciudad de Nueva York durante el año 2019, 47,054 tomaban cursos de pregrado y 6,485 tomaban cursos de posgrado. En valores porcentuales, el 88.0 % de los estudiantes dominicanos estaba en pregrado y el 12.0 % restante en posgrado. Estas estadísticas posicionan a los dominicanos como el segundo grupo con la menor proporción de matrícula terciaria en posgrado, después de los mexicanos.


     Figura 4 | Porcentaje de la matrícula terciaria por grado de la ciudad de Nueva York según etnia y grupos de origen latino, 2019


    Nota: Procesamiento propio del Censo de EE.UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.

    Matriculación en instituciones públicas

    Una alta proporción de los estudiantes dominicanos de educación superior está matriculada en instituciones públicas. Las estadísticas arrojan que en 2019, de los 53,539 estudiantes de origen dominicano de la ciudad de Nueva York, solo 11,877 estudiaban en instituciones privadas. En valores porcentuales, el 22.0 % de los dominicanos estudiaba en academias privadas y el 78.0 % en academias públicas. Tal proporción colocó a los dominicanos como el grupo con más alto porcentaje de su población estudiantil del nivel superior inscrita en instituciones públicas de la ciudad de Nueva York. 




     Figura 5|Porcentaje de la matrícula terciaria de la ciudad de Nueva York según institución pública o privada, etnia y grupos de origen latino, 2019


    Nota: Procesamiento propio del censo de EE.UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.

    Prevalencia del sexo femenino

    La matrícula dominicana de las instituciones de educación superior de la ciudad de Nueva York es mayoritariamente femenina. En 2000, las féminas fueron el 63.5 % del estudiantado dominicano. En el año 2019, los hombres crecieron a una tasa del 59.4 % en relación con el año 2000 y aumentaron su participación al 39.4 %. Las mujeres, crecieron un 41.1 % y redujeron su participación al 60.6 % de los estudiantes dominicanos matriculados.

    Figura 6|Porcentaje y tasa de crecimiento de los dominicanos matriculados en educación superior en la ciudad de Nueva York según sexo, 2000 y 2019




    Nota: Procesamiento propio del Censo de EE.UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.

    Predominio de la población joven

    En el año 2000, el 54.7 % de los dominicanos matriculados en educación superior en la ciudad de Nueva York eran jóvenes de 24 años o menos; en 2019 los jóvenes aumentaron su participación al 61.4 %. Por el contrario, los matriculados con más de 40 años de edad redujeron su participación del 9.3 % al 7.5 %, y los de entre 25 y 30 años de edad la redujeron del 36.0 % al 31.1 % en el mismo período.



     Figura 7|Porcentaje de estudiantes dominicanos matriculados en educación superior en la ciudad de Nueva York según tramos de edad, 2000-2019



    Nota: Procesamiento propio del Censo de EE. UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.

    4.3. Escolaridad terciaria de los dominicanos de la ciudad de Nueva York

    El 45.0 % de la población de 25 años o más de Estados Unidos tenía al menos un año de estudios de educación superior en 2000. En el año 2019 la cifra aumentó diez puntos porcentuales y se colocó en 55.0 %. En la ciudad de Nueva York, la escolaridad terciaria fue del 43.2 % en el año 2000 y subió al 54.5 % en 2019. 

    A la población de origen dominicano le corresponde el mérito de motorizar la escolaridad terciaria en la Gran Manzana durante el período. De casi 69,000 dominicanos con escolaridad terciaria que había en el año 2000, el número saltó a más de 162,000 en 2019, una tasa de crecimiento del 135.0 %. Esta tasa triplicó el crecimiento promedio que se registró en la ciudad de Nueva York y superó por mucho el de todos los grupos étnicos y de origen latino.


    Figura 8 | Tasa de crecimiento de la escolaridad terciaria de la población de 25 años o más de la ciudad de Nueva York según etnia y grupos de origen latino, 2000-2019



    Fuente: Procesamiento propio del Censo de EE. UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.

    Con este impulso, la población dominicana mayor de 25 años que vive en la ciudad de Nueva York con algún estudio o título de educación superior pasó del 23.0 % en el año 2000 al 35.0 % en 2019. Un salto significativo, pero todavía insuficiente para cerrar la brecha histórica que la separa de la escolaridad terciaria promedio tanto de Estados Unidos como de la ciudad de Nueva York.

    4.4. Los dominicanos titulados de la ciudad de Nueva York

    La población de origen dominicano de la ciudad de Nueva York con un título de estudios superiores representó el 14.0 % de los dominicanos de 25 años o más en el año 2000. En 2019 el porcentaje aumentó al 25.0 %, con una tasa de crecimiento del 78.0 %. Este desempeño fue superior al de todos los grupos latinos, con excepción de los cubanos. A pesar del salto, los dominicanos no pudieron alcanzar el promedio de la población latina en general, que fue del 27.5 % en 2019. 

    Tabla 2|Población de origen latino de la ciudad de Nueva York con título de educación superior como porcentaje de la población de 25 años o más según nivel, 2019

    Grupo

    Técnico superior

    Grado

    Posgrado

    2000

    2019

    2000

    2019

    2000

    2019

    Cubanos

    6.1 %

    6.6 %

    9.1 %

    23.6 %

    9.9 %

    17.3 %

    Dominicanos

    5.2 %

    7.8 %

    6.0 %

    12.9 %

    3.0 %

    4.3 %

    Mexicanos

    3.2 %

    4.4 %

    8.6 %

    11.3 %

    4.3 %

    5.5 %

    Otros latinos

    6.0 %

    7.2 %

    8.3 %

    17.7 %

    6.2 %

    8.7 %

    Puertorriqueños

    6.1 %

    8.7 %

    5.7 %

    11.1 %

    3.3 %

    5.5 %

    Total

    5.7 %

    7.4 %

    6.8 %

    13.8 %

    4.3 %

    6.3 %

    Nota: Procesamiento propio del Censo de EE.UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.


    Los dominicanos de la ciudad de Nueva York con un título técnico superior pasaron de 15,616 a 35,605 durante el período 2000-2019, con una tasa de crecimiento del 128.0 %. Los técnicos dominicanos, que eran el 22.0 % del total de técnicos latinos que tenía la ciudad de Nueva York en el año 2000, pasaron a ser el 30.0 % en 2019.

    Un total de 17,724 personas de origen dominicano tenían un título de grado en el año 2000 en la ciudad de Nueva York. El número aumentó a 58,970 en 2019, una tasa de crecimiento del 233.0 %, la más alta entre los grupos latinos. En 2019 los dominicanos fueron el grupo latino con más personas con título de grado de la ciudad de Nueva York, y pasaron a conformar el 27.0 % del total.

    De los casi 100,000 latinos con título de maestría o posgrado que había en la ciudad de Nueva York en 2019, alrededor de 20,000 eran dominicanos, lo que significa un 20.0 %. En el año 2000 representaron solo el 17.0 %, pero con una tasa de crecimiento del 123.0 % durante el período, lograron superar el promedio de crecimiento de titulados latinos (que fue del 89.2 %) por casi 34 puntos porcentuales.

    En resumidas cuentas, en 2019 había en la ciudad de Nueva York más de 114,500 dominicanos titulados de técnico superior, grado o posgrado. Eso lo convirtió en el grupo latino con más personas tituladas en educación superior.

    Teniendo en cuenta el sexo, los dominicanos con título de educación superior de la ciudad de Nueva York son predominantemente de sexo femenino. Las mujeres representaron el 63 % de los graduados dominicanos 2019.


     Figura 9  |  Porcentaje de población dominicana de la ciudad de Nueva York titulada en educación superior según nivel y sexo, 2000-2019



    Nota: Procesamiento propio del censo de EE.UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.

    4.4.1. ¿De qué se gradúan los dominicanos?

    En 2019, el 26.0 % del total de dominicanos con título de grado o posgrado de la ciudad de Nueva York obtuvo mención (special major) en Negocios, lo que comprende carreras como Mercadeo, Contabilidad, Administración de Empresas, Auditoría y Turismo. Se trata de la profesión que aglutina el más alto porcentaje de profesionales de origen dominicano; también es la más común entre hombres y mujeres.

    La Educación fue la segunda carrera más recurrente entre los profesionales dominicanos. El 11.0 % de los graduados obtuvo un título en Administración Escolar, Educación Básica, Educación Secundaria, Educación Especial u otra mención en ese campo. Aunque resultó ser la segunda en promedio general y en la población de sexo femenino, no lo fue en el sexo masculino. En el caso de esta población, la Ingeniería ocupó el segundo puesto, con el 12.0 % de los varones titulados. Esta disciplina profesional comprende áreas como Ingeniería Civil, Ingeniería Química, Ingeniería Eléctrica, Minería e Ingeniería Mecánica.

    Ciencias Sociales, Psicología y Ciencias Médicas completan el cuadro de las seis carreras más recurrentes entre los profesionales dominicanos. Bellas Artes e Informática (Fine Arts y Commputer and Information Sciences, en inglés) captaron un importante porcentaje del 6.0 % y el 5.6 % entre los hombres, respectivamente, aunque no así entre las mujeres.




    Tabla 3|Menciones (majors) más relevantes entre la población dominicana de la ciudad de Nueva York con porcentaje de titulados, total y según sexo, 2019

    Mención

    (Specific major)

    % del total de población dominicana con grado/posgrado

    % de la población femenina dominicana con grado/posgrado

    % de la población masculina dominicana con grado/posgrado

    Negocios

    26.0 %

    26.8 %

    24.5 %

    Administración Educativa y Enseñanza

    11.4 %

    14.6 %

    6.2 %

    Ciencias Sociales

    7.7 %

    7.7 %

    7.6 %

    Psicología

    7.4 %

    9.6 %

    3.8 %

    Ciencias Médicas y de la Salud

    6.2 %

    8.0 %

    3.2 %

    Ingeniería

    6.0 %

    2.4 %

    12.1 %

    Bellas Artes

    4.5 %

    3.6 %

    6.0 %

    Justicia Penal y Protección contra Incendios

    3.6 %

    3.2 %

    4.2 %

    Informática y Ciencias de la Información

    2.9 %

    1.3 %

    5.6 %

    Nota: Procesamiento propio del Censo de EE.UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.

    5 | Discusión y conclusiones

    Según se mostró anteriormente, los estudios sobre migración dominicana resaltan que el acceso a más y mejor educación para sí y para sus hijos constituye una de las principales razones que llevan a los dominicanos a migrar a Estados Unidos (como se dijo en los puntos 2.1. y 2.2.). Sin embargo, muy a pesar de la relevancia del tema en el imaginario de los inmigrantes y de que la educación superior constituye el culmen de la educación formal, los estudios sobre el progreso de los dominicanos en el sistema de educación superior de Estados Unidos son nimios.

    Las investigaciones que han abordado el progreso educativo de los inmigrantes dominicanos y sus descendientes en Estados Unidos concluyen que el desempeño de los dominicanos está muy por debajo de los promedios de ese país. Tal resultado no es exclusivo de los inmigrantes dominicanos. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) ha comprobado empíricamente que los inmigrantes pagan un precio educativo en los países de destino que suele implicar menos progresión estudiantil, más bajos niveles de competencia académica y mayor deserción escolar, en comparación con los nativos del lugar de recepción (UNESCO, 2019, pp. 40-43).

    Ese es, por supuesto, el caso de los inmigrantes dominicanos en Estados Unidos y el común entre los inmigrantes de países subdesarrollados. Sin embargo, en el caso dominicano, las investigaciones acentúan un agravante: los dominicanos no solo han tenido históricamente menos progresión y más bajos niveles de competencia académica que los estadounidenses, sino también que otros grupos de inmigrantes de países subdesarrollados como Cuba, México, Puerto Rico y Colombia. Entre las múltiples causas de ese rezago, los estudios señalan el bajo nivel de escolaridad con que llegan los inmigrantes dominicanos a tierras estadounidenses y su bajo estatus socioeconómico (como se dijo en los puntos 2.2 y 2.3). 

    Los datos presentados y analizados en este trabajo muestran un cambio más que significativo de ese perfil educativo. Durante los 20 años que van de 2000 a 2019, el desempeño educativo de los dominicanos en la educación superior de Estados Unidos en general, y de la ciudad de Nueva York en particular, ha superado al de nativos y otros inmigrantes. Con una tasa de crecimiento de la matrícula terciaria muy superior al promedio nacional y al de los demás grupos étnicos y de origen latino, y con la segunda mayor tasa de la ciudad de Nueva York, tanto la escolaridad terciaria de los dominicanos como la población dominicana titulada han despuntado en gran medida. 

    Pero tal despegue era de esperarse. De acuerdo con la UNESCO, «con el paso del tiempo, el nivel educativo alcanzado por los migrantes mejora con respecto al de la población nativa. Un criterio para medir este progreso es el porcentaje de migrantes que alcanzan un nivel educativo superior al de sus padres» (2019, p. 42). Los datos de esta investigación confirman los hallazgos de la UNESCO: después de más de 50 años de migración sostenida, los inmigrantes dominicanos y sus descendientes se acercan a los promedios de matriculación y escolaridad terciaria de Estados Unidos. Y fueron precisamente los dominicanos nacidos en Estados Unidos quienes impulsaron el progreso educativo durante los años 2000-2019. Dominicanos de segunda generación y, sobre todo, de tercera generación conquistaron un nivel educativo muy superior al de sus padres.

    La excepcionalidad del caso dominicano está en el empuje mostrado durante el período bajo análisis. En 2011 el académico Bergad concluyó que «[…] los avances educativos para esta población no han acompañado esta expansión demográfica» (p. 248), en referencia a los dominicanos radicados en el área metropolitana de Nueva York. Llegó a tal conclusión al analizar la significativa explosión demográfica de los dominicanos durante el período 1990-2010 y compararla con su progreso educativo. Los datos de este estudio muestran que todo cambia cuando, usando los mismos parámetros, se considera el período 2000-2019: mientras la población de origen dominicano de la ciudad de Nueva York creció a una tasa del 33.0 %, la matrícula de la población dominicana en la educación superior de esa ciudad se expandió a una tasa promedio del 48.0 %. En otras palabras, el período analizado revela que, en la ciudad de Nueva York, la expansión de la matrícula terciaria de dominicanos superó su expansión demográfica.

    No solo eso, cuando se consideran las estadísticas nacionales, los dominicanos lograron un mejor posicionamiento que otros grupos de mayor raigambre. En 2019, los dominicanos fueron el 0.7 % de los estudiantes matriculados en educación superior de todo Estados Unidos. Pero desde un punto de vista poblacional, fueron el 0.6 % de la población del país. En consecuencia, los dominicanos están «ligeramente» sobrerrepresentados en la matriculación terciaria en relación con su peso poblacional. Esa décima de punto porcentual coloca la presencia dominicana en las instituciones de educación superior relativamente mejor posicionada que otros grupos latinos de más larga y establecida presencia en el país del norte. Por ejemplo, cubanos y puertorriqueños, que componían el 0.7 % y el 1.7 %, respectivamente, de la población de Estados Unidos en 2019, no superaron esos porcentajes en la matricula superior; los mexicanos, que eran el 11.2 % de la población estadounidense, fueron solo el 10.7 % de los estudiantes matriculados en educación superior en 2019. Solo los dominicanos y los grupos nacionales asociados bajo la categoría «Otros latinos» (colombianos, venezolanos, centroamericanos, etc.) tuvieron mayor representación en la matrícula terciaria que en la de la población nacional.







    Figura 10 | Participación latina en la población y en la matrícula terciaria de los Estados Unidos según grupo de origen, 2019




    Nota: Procesamiento propio del Censo de EE.UU. 2000 y la ACS 2015-2019, 1 % IPUMS.

    Muy a pesar de su desempeño durante el siglo XXI, la brecha que separa a los dominicanos de la escolaridad terciaria promedio de Estados Unidos para la población de 25 años o más apenas se redujo en dos puntos porcentuales. En relación con el promedio de la ciudad de Nueva York, la brecha se redujo menos de un punto porcentual. 

    ¿Será posible que los dominicanos mantengan en el tiempo las tasas de crecimiento de la matrícula y la escolaridad terciaria que consiguieron durante el período 2000-2019 y alcancen el promedio nacional? ¿Se trata solo de la ola de un ciclo por el cual atraviesan todos los grupos inmigrantes de países subdesarrollados en Estados Unidos? Realizar proyecciones supera el encuadre metodológico descriptivo de este trabajo; serán necesarias investigaciones prospectivas que aborden específicamente tales interrogantes y que incorporen el análisis de los efectos de las políticas públicas educativas en ese grupo nacional. Baste decir por ahora que, según evidencias empíricas, con el paso del tiempo los descendientes de inmigrantes logran un progreso significativo en la reducción de las brechas educativas con los nativos (Oberdabernig & Schneebaum, 2017, p. 3.716). Como la comunidad dominicana tiene todavía una amplia brecha que vadear, se esperaría que en los próximos años continúen los niveles de crecimiento de matrícula y escolaridad terciaria similares a los del período 2000-2019.

    En definitiva, los datos captados, sistematizados y analizados en esta investigación ofrecen claras evidencias del aumento de la matrícula, la escolaridad y la titulación terciaria de la población de origen dominicano en Estados Unidos, en específico en la ciudad de Nueva York, durante el período 2000-2019. La magnitud de las tasas de crecimiento superó los promedios nacionales y de otros grupos nativos y de inmigrantes, lo que significa un cambio de los patrones observados en investigaciones académicas anteriores. La población dominicana predominantemente joven, nacida en Estados Unidos y de sexo femenino ha sido la protagonista de este crecimiento.

    Se espera que los resultados de esta investigación contribuyan, en primer lugar, a un mejor y mayor conocimiento de la realidad educativa actual de los dominicanos de Estados Unidos. Queda claro que el perfil delineado por las investigaciones del siglo XX ya no se ajusta al perfil educativo de la segunda década del siglo XXI.

    Se desea también que esta información aporte al diseño de políticas públicas educativas basadas en evidencia, tanto a las autoridades dominicanas como a las estadounidenses. En el caso de República Dominicana, dado que el país cuenta con altas tasas de matriculación terciaria y con una de las más bajas brechas de acceso según ingreso de América Latina y el Caribe (UNESCO, 2022, p. 141), resulta paradójico que la educación constituya una de las principales causas de la migración, según quedó evidenciado. Este hecho y los bajos niveles de aprendizaje ya señalados con que llegan los dominicanos a Estados Unidos apuntan a que lo que está en juego, sobre todo, es la calidad de la educación. Una política educativa tendente a mejorar la calidad de la educación dominicana podría contribuir a balancear el histórico saldo migratorio negativo del país. 

    En el caso de Estados Unidos, los datos de este estudio sugieren que, si desde el Estado se quiere acelerar la convergencia educativa de los inmigrantes dominicanos y sus descendientes con los promedios estadounidenses, hacen falta políticas públicas que promuevan con mayor efectividad la inclusión educativa de ese grupo minoritario. El hecho de que un 78.0 % de los dominicanos en el sistema de educación superior de la ciudad de Nueva York estudiaba en instituciones públicas en 2019 –siendo el grupo con más baja proporción de su población terciaria en instituciones privadas– refleja su intención de aprovechar las oportunidades que le brinda el sistema público. Un programa de incentivo para aumentar su presencia en las instituciones educativas privadas podría brindarle ese impulso y aumentar la diversidad étnica de esos campus.

    Finalmente, este estudio abre el camino a la realización de investigaciones explicativas de carácter cuantitativo que relacionen el desempeño educativo de los dominicanos con variables socioeconómicas. Deja también como tarea pendiente la ejecución de estudios cualitativos que arrojen luz sobre las trayectorias de los estudiantes de origen dominicano, sobre sus percepciones y experiencias en el sistema educativo estadounidense. Además, el análisis de las políticas de inclusión educativa de la población inmigrante y su impacto en la comunidad dominicana ofrecería una imagen integral, de la que este estudio pretende ser no más que un pequeño esbozo.

    6 | Agradecimientos

    Consagrar tiempo a la investigación, la escritura y la publicación es un privilegio al que pudimos acceder gracias al apoyo, colaboración y comprensión de múltiples actores. En este breve espacio es justo reconocer y agradecer la contribución de algunas organizaciones y personas que tuvieron un rol protagónico durante el proceso de elaboración de este estudio:

    1. A Research Fellowships Program del Dominican Studies Institute de la City University of New York, que acogió y financió la propuesta de investigación cuando era apenas un tanteo incierto.
    2. A los profesores Ramona Hernández, de la City University of New York, y Francisco Rivera-Batiz, de la Columbia University, por sus valiosas orientaciones y sus comentarios durante todo el proceso de investigación.
    3. Reconocimiento especial a Daniel E. De la Rosa, que realizó con un alto nivel de profesionalidad el procesamiento de todos los datos sobre los que se sostiene este estudio.
    4. A la Universidad Católica del Este, por conceder el espacio y el tiempo para realizar sosegadamente esta investigación.



    Contribución de autores

    Conceptualización: J.V.; metodología: J.V.; validación: J.V.; análisis formal: J.V.; investigación: J.V.; escritura (borrador original): J.V.; escritura (revisión y edición): J.V.; visualización: J.V.; administración del proyecto: J.V.; adquisición de fondos: J.V.

    7 | Referencias bibliográficas

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    [1]  Implementada en los años noventa con el Personal Responsibility and Work Opportunity Reconciliation Act y el Workforce Investment Act, la política «trabajo primero» reemplazó la política social estadounidense previa, la cual enfatizaba la construcción de capital humano a través de la capacitación y educación. Esta nueva política enfatizó la inserción laboral temprana de los jóvenes en condición de vulnerabilidad como medio de combatir la pobreza (Shaw & Goldrick-Rab, 2006).